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¿Deberían abrirse también los grandes parques de Madrid?

La desescalada

Aunque desde hoy muchos parques de Madrid estarán ya abiertos al público, por el momento El Retiro y otras 19 zonas verdes de Madrid continúan cerrados sin que de momento, y a la espera de que las condiciones de salud pública mejoren, sepamos cuando serán reabiertos.

Este es un asunto que ha abierto un vivo debate en las redes sociales. Como muchos de mis lectores saben, dado el descarnado tono que hoy en día toma cualquier discusión en este medio, soy poco amigo de meterme en ciertos «jardines», pero aquí, en mi blog, diré lo que pienso, por supuesto con absoluto respeto a cualquier opinión que difiera de la mía.

Existen alternativas

En relación con el confinamiento y sus fases de alivio, son muchos los que han manifestado su malestar por esta medida, casi siempre bajo el, a priori, lógico argumento de que hay más espacio en los parques que en las aceras. Pero yo creo que el asunto es más complejo. Lo primero, que Madrid es una ciudad verde y, como tal, dispone de muchas otras zonas ajardinadas que sí van a poder ser utilizadas. En realidad son más de 200 espacios en total, por lo que no es cierto que se hayan abierto sólo unos pocos.

Prudencia ante todo

En segundo lugar hay que tener en cuenta que nos encontramos lejos aún de estar a salvo de los contagios en las calles. Madrid ha sido una de las ciudades del mundo más castigadas por el coronavirus y por tanto es necesario actuar con la máxima prudencia en esta situación de emergencia sanitaria, máxime tras el titánico esfuerzo que la sociedad, y muy especialmente el personal sanitario han hecho, y están haciendo, durante este confinamiento.

Responsabilidad individual

En un contexto en el que la responsabilidad individual es esencial no debemos olvidar que la fase cero de la denominada desescalada es solo un escenario preliminar de alivio de este encierro forzoso. Seguimos confinados, nos debe quedar claro; y no hemos vuelto, ni de lejos, a la normalidad, aunque la irresponsable actitud de algunos pueda dar esa peligrosa sensación, vistas las desalentadoras imágenes que se han podido registrar en los últimos días, así como la indecente picaresca de quienes aprovechan este estadio inicial para creerse más listos que nadie. Estas actitudes ponen en peligro no solo un gran un esfuerzo colectivo, sino la salud de los demás. Y por supuesto banalizan el drama que han sufrido y están sufriendo las decenas de miles de familias que han tenido la desgracia de ser alcanzadas materialmente por este letal enemigo. Tampoco debemos olvidar la lucha a brazo partido en la que sigue inmersa nuestro personal sanitario. Todos queremos recuperar nuestra libertad de movimiento pero, insisto, no debemos bajar la guardia ni un ápice. La falta de prudencia de unos pocos basta para echar por tierra el esfuerzo de muchos.

Existen antecedentes

Para darse cuenta no hay más recordar lo que sucedió en El Retiro pocos días antes de la entrada en vigor del estado de Alarma, concretamente el pasado 11 de marzo. Se cerraron los centros educativos para que los estudiantes permaneciesen en casa pero lo que ocurrió fue que los parques se atestaron de jóvenes que se tomaron la gravísima emergencia sanitaria como unas vacaciones. No parece por tanto menos lógico pensar que este efecto llamada que provocaría la reapertura de espacios como El Retiro podría tener consecuencias catastróficas porque, insisto, habremos doblegado la curva, pero ni mucho menos la hemos neutralizado.

Por todo lo dicho, a mí me parece una medida acertada que los grandes parques permanezcan, de momento, cerrados. El ensanchamiento de espacios con las peatonalizaciones que se producirá en fines de semana y festivos desde mañana, sábado, probablemente ayudará a mantener esa indispensable distancia interpersonal que, por el momento, junto a las medidas de higiene personal, son las únicas armas de las que disponemos para nuestra protección. Creo que de momento no podemos permitirnos mucho más.

Criterios técnicos y científicos para salir de dudas

Por supuesto, aparte de la mencionada responsabilidad personal, tan echada a faltar en demasiadas ocasiones, es el criterio técnico y científico el que debe prevalecer. Porque un movimiento precipitado por razones económicas, políticas o de cualquier otra naturaleza, sin duda daría al traste con la ansiada recuperación de la «normalidad» y, consecuentemente, de la propia economía. En estas circunstancias no podemos permitirnos errar en la identificación de las prioridades reales. Siempre decimos que la salud es lo primero y esta afirmación toma ahora más sentido que nunca. No olvidemos que esta es una situación de crisis planetaria que exige, no sólo a nuestros líderes, sino a cada uno de nosotros y más allá de las ideologías, estar a la altura, actuar unidos y ser realmente solidarios. Aquí no se trata de «lo que nos dejan hacer», sino de aplicar cada uno el sentido común y la responsabilidad; y este asunto de los parques no es una excepción.

Confinamiento
Aspecto del Retiro el pasado 11 de marzo


El Retiro sin nostros