El Parque de El Retiro en Madrid
El Campo Grande de El Retiro, un lugar mágico para combatir el calor
Bienvenidos al Blog de Antonello Dellanotte
El calor extremo se adelanta en este 2019
Dice el refranero: de Virgen a Virgen los sesos se derriten. Y se dice porque el tiempo transcurrido entre el 16 de julio -Nuestra Señora del Carmen- y el 15 de agosto -la Asunción- coincide (estadísticamente) con la treintena más caliente del año. Las llamadas olas de calor se suelen suceder -e incluso encadenar- en este periodo, en el que la ciudad de Madrid, como muchas otras, se convierte en un verdadero horno. Pero este 2019 nos ha traido estos fenómenos, antes de acabar junio y potenciados en sus efectos. Para los que no tienen más remedio que salir a la calle en las horas de máximo calor y no pueden moverse en vehículos con aire acondicionado la experiencia puede ser devastadora. La deshidratación sobreviene con rapidez y la amenaza de un golpe de calor o cualquier otro problema de salud derivado de las altas temperaturas es una realidad. Así que conviene no tomarse a broma el tema del calor. Para los que hemos sufrido algún golpe de calor una sola advertencia debería bastarnos para ser más prudentes, tomar ciertas medidas de precaución y sobre todo adaptarnos mejor a estos días de verdadero infierno.
Precauciones básicas
Aparte de las precauciones básicas que se han de tomar respecto a la hidratación, a las horas que se debe evitar exponerse al sol, a la protección de la piel y al cuidado especial con niños, mayores y personas con deficiencias cardiorespiratorias, desde mi experiencia, una de las cosas más convenientes –para quien tenga la posibilidad de hacerlo- es salir a la calle muy pronto, antes del alba; cuando, aun haciendo calor, se está muy bien (siempre y cuando se encuentre uno en el lugar apropiado). Además, respirar aire de la calle durante unas horas es un alivio para el sistema respiratorio, tan castigado por los ambientes viciados y poco saludables que suelen producir los aires acondicionados.
Ir al Retiro a primera hora, una gran opción
Pero a veces el calor es tal que no hay donde esconderse y es cuando esos tres o cuatro grados de menos que hay en algunas partes del Retiro se convierten en una gran baza. Generalmente, nada más entrar en el parque se percibe rápidamente, más en unos accesos que en otros, una sensación de frescor que de por sí es muy de agradecer. Ya dentro del parque, además, existen ciertos enclaves donde la temperatura desciende un par de grados más, que parece poco, pero es mucha diferencia. Aunque hay otros lugares donde existe este extra de fresco, como el Jardín de los Planteles o el estanque de la Chopera, voy a hablaros del Campo Grande, por ser un espacio, que además de ser realmente bello, está lleno de cosas interesantes. Su umbría, la proliferación de praderas que se riegan por aspersión y las diferencias de cota lo convierten en uno de los puntos más frescos que se pueden encontrar en el centro de Madrid.
Localización
Este área, de las más frescas y hermosas de El Retiro, está delimitada al norte por el Paseo de Venezuela; al este, por el Paseo de Fernán Núñez; al oeste por el Paseo de Cuba y al sur por el Paseo de Uruguay.
Historia y entorno
El Campo grande fue, hasta el último tercio del siglo XIX, una zona sin ajardinar que se había utilizado hasta entonces para la práctica de la caza menor. En 1877 se acomete su acondicionamiento, decidiéndose que se dispondría en esta zona, además de una importante actuación arquitectónica y paisajística conjunta para los palacios de Velázquez y de Cristal que se llevaría a cabo unos años mas adelante, un jardín de estilo paisajístico o inglés donde, a diferencia de otros jardines, como por ejemplo El Parterre (de estilo francés) la disposición de sus elementos se haría respetando las diferencias de cota y donde el trazado de los caminos respetaría los cambios del paisaje, dibujando líneas no necesariamente rectas y distribuyendo el espacio de forma no geométrica.
El Campo Grande es un lugar ideal donde estar en los primeros compases de las mañanas estivales, aunque en general se mantiene agradable todo el día. Avanzada la jornada y cuando el calor empieza a apretar, lo suyo es bajarse a la Ría de Patinar, que precisamente recibió este emplazamiento -por ser uno de los lugares más frescos del Retiro- para que la funcionalidad que le da nombre pudiera llevarse a efecto. Debemos tener en cuenta que en tiempos, y todavía en los coletazos de la llamada Pequeña Edad de Hielo -que fue un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX-, este óvalo acuático se congelaba en invierno, permitiendo la práctica del patinaje sobre hielo.
Un espacio verde privilegiado
Además de ser de una espaciosidad y belleza notables, el Campo Grande es apto para el relax y la meditación pero a la vez está lleno de entretenimientos. Cuenta con elementos de gran interés en lo paisajístico (y por supuesto en lo fotográfico), en lo histórico-artístico, en lo cultural, en lo arquitectónico y también en lo referente a la naturaleza. Para el aficionado o amante de la botánica esta parte del parque reserva especies de gran interés como -además de los habituales olmo, castaño y pino (que en esta zona son realmente portentosos)-, el palosanto, el palmito gigante, el aligustre de Japón, el sauzgatillo, el ciprés de los Pantanos, el tejo, el saúco o el madroñero. La fauna residente, aparte de los muchos perros que se dan cita a primera hora de la mañana, la forman, en lo ornitológico: estorninos, currucas, verdecillos, petirrojos, gorriones, carboneros, herrerillos, urracas, pitos reales, mirlos, cisnes negros, azulones, garzas, cormoranes y otras aves acuáticas así como algunas especies más. Ardillas hay algunas pero antes se las solía ver más. Alguien de los servicios del parque me contó que es posible que la proliferación de perros sueltos las haya desplazado a otras áreas de El Retiro.
¿Qué ver en el Campo Grande?
Aparte de otros monumentos como el de Ricardo Codorniu -“Apóstol del árbol”-, el dedicado a Andrés Eloy Blanco (abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano); el del pintor Julio Romero de Torres o los famosos bloques de Ibarrola, estos son los puntos de interés que no te puedes perder:
El Palacio de Velázquez
Fue construido entre los años 1881 y 1883 con motivo de la celebración de la Exposición Nacional de Minería llevada a cabo en la ciudad entre los meses de mayo y noviembre de 1883. El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, de quien toma el nombre el palacio, dirigió el proyecto entre los que participaron Alberto del Palacio, ingeniero, y Daniel Zuloaga, ceramista. Actualmente pertenece al Ministerio de Cultura, y se emplea como sala de exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
El Palacio de Cristal
Uno de los iconos del Retiro y de Madrid. Un lugar con mayúsculas, pues no solo la edificación es una maravilla, sino también su estanque y alrededores. Una estructura de metal y cristal construida en 1887 con motivo de la Exposición de las Islas Filipinas, celebrada ese mismo año. En la actualidad en su interior se realizan exposiciones de arte contemporáneo bajo la dirección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Fue construido también por Ricardo Velázquez Bosco, cuyo proyecto de se inspiraba en el Crystal Palace, levantado en Londres en 1851 por Joseph Paxton. El Palacio de Cristal es en realidad una estufa de plantas, un invernadero que albergaría una gran variedad de especies vegetales traídas desde Filipinas con motivo de la muestra.
Monumento a Campoamor
Situado en el lado oriental, junto al paseo de Fernán Núñez. Esta escultura o grupo escultórico es de una gran belleza. Rodeada por árboles y un parterre que lo protege con sus entramado de rosales, recibe una singular iluminación de luces y sombras que le confiere asombrosas texturas. Fue realizada por Lorenzo Coullaut-Valera e inaugurada el 18 de febrero de 1914. La escultura representa una alegoría teniendo al poeta Ramón de Campoamor sentado junto con tres figuras femeninas que representan las tres etapas de la vida (juventud, madurez y senectud).
Monumento a Benito Pérez Galdós
Obra de Victorio Macho y situado en la pequeña glorieta que lleva el nombre del homenajeado, se encuentra cerca de la esquina sureste del Campo Grande, ya próximo a La Rosaleda. Realizado en piedra blanca de Lérida y sufragado por suscripción pública, fue inaugurado el 20 de enero de 1919, con asistencia del propio escritor, ya inválido y ciego, en compañía del escultor, el alcalde de la capital española y algunos escritores y amigos.
Muchísimas gracias por leerme y compartirme. Id por la sombra. Nos vemos en la próxima!.
Antonello.
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[…] de forma natural al medio, quedando mejor preparado para las horas de calor venideras. Os contaba en otro artículo que el Campo Grande de El Retiro es un lugar mágnifico que ofrece una alternativa realmente […]