Hoy se cumplen 10 años de la nevada del 9 de enero de 2009 en Madrid. Seguro que muchos la recordamos


Una nevada que cambió mi vida

Hoy se cumplen diez años de aquel nueve de enero de 2009. La víspera me había acostado tarde así que me desperté cuando ya era de día. Al mirar por la ventana, aún desde la cama, aprecié una luz de una calidad especial… ¡Estaba nevando!

Fue una nevada que, inesperadamente, cuajó más de lo habitual, y que dejó algo más que un manto blanco sobre Madrid; dejó un imborrable recuerdo en los corazones de quienes, como yo, tuvieron la suerte de poder ir al Retiro aquella mañana. Aquella mañana que cambiaría mi vida…

Aquél día hice mi primer reportaje importante en El Retiro con la réflex, mi incombustible D300 que sigo utilizado hoy en día.

Han pasado diez años de esa fecha, que para mí es toda una efeméride. Considero pues este el momento idóneo para rememorar aquellas escenas, para compartir de nuevo el resultado de aquella sesión, de este bello recuerdo.

Yo mismo, jugando con la nieve. Foto por Willie Planas. 9/1/20019. El Retiro. Madrid

Mención a mi trabajo en El Tiempo Telemadrid. Emisión del 9 de enero de 2019.

El inicio de un largo romance

Aquél día también comenzó de verdad mi especialísima relación con el parque, con el que había tenido escarceos desde más o menos un año y medio antes, cuando empecé a usarlo para hacer deporte, meditar y tratar de tomar aire fresco en aquellos tiempos tan sumamente complicados del inicio de la crisis; crisis que ahora bendigo por ser la génesis de todo lo que hecho y aprendido en esta década; como bendigo también al Retiro porque gracias a él encontré un camino que me ha colmado de satisfacciones en lo personal, en lo profesional y en lo espiritual.

Antonello Dellanotte
La Puerta de Madrid. 1/9/2009. ©2019 Antonello Dellanotte
Castaños desnudos y nevados. 9/1/2009. ©2019 Antonello Dellanotte
Mi amigo Willie caminando por el Paseo de Coches. 1/9/2009. ©2019 Antonello Dellanotte

Cuando las crisis golpean se abren las ventanas

Quizá ese silencio ciego que se crea cuando nieva, esa ausencia de ecos, esa quietud, fueron los que apaciguaron mis otros ecos, los mentales. Aquella belleza serena que contemplé el nueve de enero de 2009 me elevó a un grado de comprensión que nunca había experimentado.

Fue un auténtico satori, como diría un budista. Un momento de no-mente y presencia total, un instante de iluminación y plena consciencia que duraría lo suficiente como para permitirme atisbar el primer paso de un nuevo camino. Ese que supuso el inicio de mis victorias frente a la inconsciencia y los miedos y que fue también el principio del fin de aquel ruido mental que estaba acabando conmigo. Como en todo camino, la meta no es el objetivo principal, sino cada paso que se da.

Y como todo buen camino de aprendizaje que se precie de serlo, por supuesto no es recto, ni plano. Está salpicado de situaciones que resolver y de no pocas dudas y dificultades. Pero es un trayecto que ha dado y sigue dando pleno sentido a mi vida. Mi definitiva inmersión en la Fotografía -y en la contemplación de la belleza-, disciplina que llevaba años ejerciendo con un nivel de intensidad menor, serían mi salvación. El tópico de que las crisis son en realidad oportunidades es cierto.

Un parque infantil en El Retiro. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte
Esquí en El Retiro. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte
Una ocasión única para hacer fotos. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte

La visión y la misión

Tras los primeros frustrantes años de la debacle económica, aferrado todavía a mi zona de confort, yo insistía en recuperar mi negocio; y no fue sino ante la evidencia de lo difícil que estaba la cosa, cuando tuve la visión, cuando me rendí a lo que Era.

Aún a sabiendas de que el trayecto iba a ser largo y difícil y que implicaba desandar, desaprender y dejar algunas cosas importantes apartadas -como la música-; y otras simplemente atrás, decidí que le iba a dar una oportunidad seria a esto de compartir la belleza con los demás, a esto de hacer fotos. Fue entonces cuando supe que dedicaría mi tiempo y mi esfuerzo a mostrar esa belleza, consciente, por mi propia experiencia, de que su contemplación nos llena de paz y esperanza, nos mejora.

Monumento a Alfonso XII. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte
Al fondo, mi amigo «Hightower» y yo. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte

Las nieves del cambio

Poco a poco mis paseos fueron trascendiendo los límites del parque y fue la hermosa Madrid la que terminó de robarme el corazón. En unos meses me había transmutado de un director creativo de publicidad que iba siempre en su deportivo de un lugar a otro -por cerca que estuvieran-, en un ciudadano de a pie que daba largos paseos por Madrid y por El Retiro y que, al mismo tiempo, comenzaba a sumergirse en la realidad de las personas y de las cosas y en la belleza del Mundo, especialmente aquella que, discretamente, estaba, está y estará siempre presente en lo cotidiano.

Paseo de Argentina. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte

Cuánto ha nevado desde entonces

Cuando nos sentimos nostálgicos solemos decir «cuánto ha llovido desde entonces». Dicho todo lo anterior me dan ganas de cambiar la expresión por «cuánto ha nevado desde entonces», pero estamos en Madrid, no en Moscú, así que la expresión no tiene mucho sentido en nuestro contexto. Y la verdad es que ha nevado muy poco y parece que cada vez quiera nevar menos. El clima cambia, aunque al hombre más poderoso del planeta, el Presidente de los Estados Unidos, no le importe.

Estanque Grande. 1/9/2009. ©2018 Antonello Dellanotte


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