He decidido escribir sobre la primavera, pero había pensado también otras opciones. De un lado tenía en mente el tristemente amenazado gorrión común, porque esta semana se ha celebrado su Día Internacional. Pero he pensado que hace poco tuve una portada con un gorrioncito, así que por no caer en la reiteración ha sido una opción que he descartado.

También me ha apetecido abrir la web con alguna imagen del Botánico, pero he pensado que en un par de semanas tendré más material, por lo que la ponemos en espera. Llegado el momento de esa publicación os contaré algunos detalles de esta colaboración que, por cierto, me tiene lleno de ilusión.

La primavera

La primavera es la estación en la que el ciclo de la vida se reinicia. Cambia la temperatura (este año antes de tiempo), cambia la luz; se siente la prolongación del tiempo de luz diurna. También es la estación de las lluvias, que esperemos lleguen para mitigar la sed de este invierno tan seco y cálido que acabamos de dejar atrás.

En primavera todos los seres vivos nos vemos sometidos a un escenario de cambios profundos, incluidos los habitantes de las ciudades, aunque seamos menos conscientes de ello por la desconexión con el medio natural inherente al medio urbano.

Gracias a los espacios naturales como El Retiro, esa inconsciencia estacional se ve mitigada gracias al importante factor de conexión con la naturaleza que proveen estos pulmones verdes. El parque vibra ya con una energía que se percibe con todos los sentidos. Un tsunami de hormonas y códigos evolutivos de accionamiento inunda El Retiro, haciéndolo más luminoso, más sonoro, más visual, más bello.

La belleza en la naturaleza

Los pavos reales, una de las grandes atracciones de El Retiro, los encontramos en los Jardines de Cecilio Rodríguez. Aunque son un poco agrios de carácter, su fisionomía es un milagro. Son un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza se exhibe a sí misma llegado el click primaveral. En una expresión de la belleza que trasciende a la razón, estas aves son también una prueba fehaciente de la existencia de una gran inteligencia que lo gobierna todo y de la que, por supuesto, somos parte. Parece una perogrullada decirlo, pero no somos conscientes de lo inconscientes que somos. Ahí lo dejo.

El pavo real

El pavo real (Pavo cristatus) es un ave galliforme originaria de la india. Su exuberante belleza hizo que fueran introducidos en Europa desde la época de la Antigua Grecia, según dicen algunos. Asociados al lujo y la opulencia, siempre fueron objeto de admiración en los suntuosos palacios adonde fueron llevados y motivo de orgullo para sus dueños.

Hay quien no sabe que estos pavos vuelan. Se los puede ver en las ramas de los grandes pinos de los jardines o subidos en la azotea del Pabellón de Cecilio Rodríguez. Están muy acostumbrados a la presencia humana y no huyen si te acercas, con delicadeza, a ellos. Incluso comen de la mano de la gente.

En cualquier caso son un espectáculo y fotografiarlos es una gozada. Eso sí, para hacer una buena foto hay que esperar a que estén de frente al sol –nosotros de espaldas al astro-, y con la cola desplegada. Ah, y otra cosa: tiene que ser un ejemplar macho.

Feliz primavera!

Otras portadas…