Tesoros de la Candidatura de Prado y Retiro a Patrimonio Mundial por UNESCO
La Rosaleda de Cecilio Rodríguez en el Parque del Retiro
Tesoros de la Candidatura de Prado y Retiro a Patrimonio Mundial por UNESCO
Texto y fotografías por Antonello Dellanotte | Madrid, 3 de abril de 2020
En estos días se cumplen nada menos que 105 años de la inauguración de uno de los jardines más singulares y emblemáticos del Parque del Retiro. Hablamos de La Rosaleda de Cecilio Rodríguez, que contiene una de las colecciones de rosales más importantes de Madrid.Para los que conocemos este enclave, sabemos que acudir a visitarlo es una cita obligada en los meses de mayo y junio; es entonces cuando la explosión de la floración alcanza su máximo apogeo, pero lo cierto es que las cualidades paisajísiticas que ofrece La Rosaleda, más allá de la mayor o menor presencia de rosas, aseguran al visitante una experiencia inolvidable.
La Rosaleda. Mayo de 2019. ©2020 Antonello Dellanotte
Historia
La idea de plantar un jardín de colecciones de rosales surgió durante el mandato del alcalde Carlos Prast, quien hacia 1914 envío a Francia a Cecilio Rodríguez, a la sazón Jardinero Mayor del Retiro, para que se inspirara en las famosas rosaledas de aquel país y trajese las ideas constructivas y las especies necesarias para ejecutar el proyecto y realizar la primera plantación. Aunque España mantuvo su neutralidad durante la Primera Gran Guerra, no debió de ser sencillo para don Cecilio cumplir su tarea, pues el país galo sí participó en la contienda. Finalmente, La Rosaleda se inauguró, para orgullo del pueblo madrileño, en la primavera de 1915.
El lugar escogido para su emplazamiento fue el de la antigua Ría de Patinar, que en 1874 fue trasladada a su ubicación actual, en el Campo Grande, tras dejar de congelarse el agua que, durante los inviernos, se convertía en una pista de hielo. Este cambio fue debido a la llegada a su fin de la llamada Pequeña Edad de Hielo, un largo período de frío que abarcó desde el siglo XIV hasta mediados del XIX.
La estufa del Marqués de Salamanca
Antes de iniciarse el proyecto de La Rosaleda había en el centro del enclave una llamativa estufa fría que había estado hasta 1876 en los jardines de la residencia del Marqués de Salamanca, en el número diez del Paseo de Recoletos, que en la actualidad acoge la sede de la Fundación BBVA.
Se decidió que no sólo se respetaría el invernadero sino que todas las trazas del jardín orbitarían y convergerían en él, quedando así como elemento central en la propuesta. La estufa y la propia Rosaleda quedaron arrasados tras la Guerra Civil Española. Al ser reconstruido el conjunto a principios de los años 40, el espacio que ocupaba el invernadero pasó a convertirse en un pequeño estanque que ha llegado hasta nuestros días. De hecho, los bordes de esta lámina de agua se corresponden con exactitud con la planta del malogrado edificio. En dicho estanque hay un sencillo surtidor en torno al cual conviven aves y plantas acuáticas.
Cupido y el Fauno
Al igual que la desaparecida estufa, de los jardines del marqués de Salamanca proceden asimismo los dos principales monumentos que adornan La Rosaleda: la Fuente de Cupido, que da la bienvenida a quien entra por el acceso norte, y la del Fauno que lo hace desde el otro extremo, mirando hacia el sur.
La Rosaleda también cuenta con dos accesos laterales situados en los extremos este y oeste de la elipse. Al entrar y salir por estas puertas encontramos sendos jarrones de estilo barroco que corresponderían al proyecto inicial de Cecilio Rodríguez.
Monumentos desaparecidos
Buscando imágenes históricas he encontrado dos reveladoras piezas en las que aparecen sendas estatuas de estilo clásico y temática probablemente mitológica que hoy en día no están. Uno de los pedestales me recuerda mucho a los que se encuentran en la Plaza del Mármol. Puede que procedan de aquí, aunque sólo es una conjetura. Hay que tener en cuenta que, tras la Guerra Civil, Cecilio Rodríguez, que acababa de recuperar sus responsabilidades –tras perder su cargo durante el periodo de la II República– al frente del mantenimiento y cuidad de las zonas verdes de Madrid, hizo innumerables obras, tanto nuevas como de recuperación, en El Retiro y en toda Madrid. Por tanto, es muy posible que el jardinero vallisoletano reubicase elementos desde unos espacios hasta otros.
Variedades
La Rosaleda acoge tanto variedades antiguas (Portland, Híbrido perpetuo, Boboniano, Centifolia, China, Gallica y Alba) como modernas (Híbrido de té, Paisajista, Híbrido rugoso, Floribunda y Miniatura). Aunque la época de máximo esplendor corresponde a los meses de mayo y junio, lo cierto es que la belleza y fragancia de estas flores se pueden disfrutar hasta bien entrado el invierno.
Un edén en el centro de Madrid
El Retiro es un jardín de jardines, condición que le confiere una fabulosa variedad de paisajes y ambientes. Esta riqueza hace que pasear por el parque nunca sea aburrido. La Rosaleda, en concreto, proporciona al visitante, sobre todo en los meses citados, un tsunami de estímulos.
El gran número de alicientes que concurren proporcionan siempre una experiencia sensorial absolutamente inolvidable. De este modo, el propio diseño del espacio y el colorido de las rosas se conjuga, en un alarde de impresionismo en vivo, con la presencia de las fuentes que no solo adornan, sino que contribuyen a crear un paisaje sonoro único, en el que se combina a la perfección el canto de los mirlos y otras aves con el apaciguador sonido del agua. Y por supuesto no nos olvidamos del fragante olor de las rosas, que invade el recinto, completando la vivencia.
Aunque como rosaleda hay quien dice que, técnicamente, la del Parque del Oeste es más completa, lo cierto es que la del Retiro no deja de ser una de las más hermosas de España y sin duda, uno de los espacios más destacables –y visitados– del Retiro.
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3 Comments
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Un reportaje estupendo, y precioso. Enhorabuena!
Gracias, Carmen! Mucho ánimo!
Cecilio Rodriguez Cuevas ( Valladolid, 1865 – Madrid, 1953 ) fue un jardinero espanol, asociado a la urbanizacion del parque del Retiro de Madrid . Entro como aprendiz de jardinero en el Ayuntamiento de Madrid a los ocho anos y trabajo en el paseo de Recoletos y en la seccion de Viveros. Durante el primer tercio del siglo xx, colaboro con Juan Gras en la remodelacion del parque de la Quinta de la Fuente del Berro, construyendo invernaderos y plantando especies poco conocidas. En 1914 fue nombrado Jardinero Mayor del Retiro, donde diseno la Rosaleda y, a partir de 1918, la Casa de Fieras. Posteriormente fue nombrado Director del Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento .